La comunicación es la base de la confianza en una relación de pareja. En ésta se encuentra la clave del éxito del entendimiento, el diálogo y el respeto. Las dificultades en la comunicación suelen ser un síntoma de problemas de pareja o incluso la causa de los mismos en muchas ocasiones. Una óptima comunicación nos ayuda al mantenimiento y disfrute de la relación y una mala comunicación puede contribuir a la ruptura. En muchas ocasiones se llega a la conclusión de “no nos entendemos nada”.
En psicología hablamos de tres tipos de formas en las que nos relacionamos con los demás: estilo pasivo, estilo agresivo y estilo asertivo. Las personas que se comunican de forma pasiva no defienden sus derechos dejando que se antepongan los de los demás intentando siempre agradar al prójimo. Con el estilo agresivo lo que hacen las personas que lo utilizan es defender sus propios derechos a costa de los demás, imponiendo su versión por encima de todo. El estilo más sano de comunicación en general y en especial en pareja, es el estilo asertivo o la asertividad. Defendiendo nuestros derechos y los de los demás.
Desde la asertividad tratamos de llegar a un acuerdo, exponiendo nuestros deseos y nuestro punto de vista, pero sin dejar de lado ni menospreciar al otro.
A continuación, os presento algunos consejos para una buena comunicación en pareja:
1. Dedicaros un momento para hablar, para tratar cada tema en concreto. Dile a tu pareja tengo que hablar contigo sobre… ¿cuándo te viene mejor? Si no puede ser en el momento, intentad no aplazarlo demasiado. La idea es hacerlo cuanto antes y también en un momento en el que ambos estéis relajados y tranquilos.
2. Es más apropiado hacer una petición o una sugerencia, que una crítica o una orden. Los imperativos y las críticas directas resultan agresivas y crean una postura a la defensiva o de ataque. No es lo mismo “¡Pásame la botella de agua!” que “¿me podrías pasar la botella de agua?”… ni “¡Déjame hablar!” que “Me gustaría terminar de explicarte esto sin interrupciones”. El tono por supuesto también es significativo.
3. Expresad vuestra opinión respetando los turnos, sin imponer ni que se convierta en un monólogo. Ten en cuenta que dar tu opinión no consiste en hacer cambiar la opinión de tu pareja, sino llegar a un punto en común. No merece la pena pensar que siempre vas a tener toda la razón en todo, las cosas no son blancas o negras, sino que hay escalas de colores.
4. No esperes que la otra persona adivine lo que quieres decir, exprésalo de una forma clara, pero sin herir.
5. Cambia el «deberías…» por «me gustaría que hicieras…» o « ¿Qué te parece si…?
6. No generalices. Si tu pareja ha olvidado hacer algo hoy, no le ataques con: «Siempre se te olvida hacer esto» o «eres un desastre» o «todo lo haces mal».
7. Evita traer al presente cosas que pasaron hace mucho tiempo, a no ser que sean importantes, estén dañando la relación y lo veas estrictamente necesario.
8. Aprende a pedir perdón y a saber aceptar las disculpas. Fomenta el enfrentarnos a los conflictos como un equipo: una pareja ha de sentirse siempre como un buen equipo, en el mismo lado, no como contrincantes.
Si algo tenemos que tener claro en todo momento es que el objetivo de hablar con tu pareja sobre un tema es RESOLVER y no criticar, ni ofender, ni buscar culpables.