Los estereotipos son rasgos que se atribuyen a un grupo, una imagen mental simplificada, un conjunto de características con los que se identifica a sus miembros (Aguilera, Gómez, Mogollón y De Vicente, 1994). Algunas de sus características son:
- Los comparte mucha gente
- No se tiene en cuenta a la persona como individuo, sino como miembro de un grupo
- Son imágenes y creencias resistentes al cambio
- Orientan nuestras expectativas
Los estereotipos nos ayudan a organizar y simplificarla información del mundo en el que vivimos, pero también nos limitan y sesgan.
Se consideran violencia de pareja las agresiones físicas, psicológicas o sexuales llevadas a cabo reiteradamente por parte de una pareja que causan daño físico y/o psicológico y que vulneran la libertad de la otra persona.
Las actitudes y las creencias tradicionales respecto a los roles de género mantienen y justifican la desigualdad entre hombres y mujeres (Harnisheger, 1998, Carr VanDeusen, 2002; Aube, 2002). La violencia en la pareja está relacionada con estereotipos sexistas que justifican la debilidad de la mujer, su posición de víctima y la agresión o la hostilidad asociada a los hombres. Por lo tanto, para reducir la violencia es necesario cambiar las normas y los valores que la toleran, así como la educación en igualdad de derechos y oportunidades de ambos géneros. Hay que superar los estereotipos de género para disminuir la violencia.
Los tópicos asociados al amor romántico son socialmente e históricamente construidos y los interiorizamos casi de forma inconsciente, influyendo así en nuestras creencias y actitudes. El amor idealizado, el amor romántico, es una de las posturas que justifican la violencia (de la índole que sea) en la pareja, ya que defiende que el amor está por encima de todo.
¿Quién no ha escuchado alguna vez las frases “quien bien te quiere, te hará sufrir” “sin ti no soy nada” “si me dejas, me suicido” “Si estoy verdaderamente enamorado/a no me puedo sentir atraído/a por otras personas” “Sentir celos es una prueba irrefutable del hecho de estar enamorado/a”?
Cuando en pro del “amor” se sacrifican los propios valores, la libertad, los gustos, los intereses…cuando se quiere más al otro que a uno mismo, algo no funciona.
Escrito por Rocío Hernández psicóloga del equipo NB