La pérdida de un ser querido en la población infantil marca un antes y un después en sus líneas de vida. Aparecen ciertas manifestaciones tales como ira, expresada en juegos violentos, pesadillas, miedo irracional hacia la pérdida de otros seres queridos, conductas regresivas, sentimientos de culpa irracionales, tristeza que se puede manifestar mediante insomnio, pérdida de apetito, miedo prolongado a estar solo, falta de motivación, hasta bajo rendimiento escolar.
En estos casos, son los adultos los que deben proporcionar al menos un espacio donde poder expresar lo que están sintiendo en esta situación. Los niños no tienen este concepto tan estructurado como un adulto, por lo que requieren de ciertas ayudas para poder elaborar y gestionar esta pérdida. Es el adulto el que debe comunicar sin desbordar para proporcionar seguridad al niño. Es importante tener en cuenta que uno de los factores de riesgo de un proceso de duelo complicado en menores es el impacto en sus progenitores, por lo tanto, no podemos olvidarnos de cómo el adulto lo gestiona y se sostiene para poder sostener al otro.
Las películas o cuentos pueden servirnos para ayudarnos a facilitar al menor a organizar todo aquello que tiene en su interior. En este artículo, vamos a centrarnos en el dibujo. Podemos pedir al menos que dibuje a la persona que ha fallecido, qué siente en relación a este suceso, recuerdos o viajes con esa persona, cómo están sus hermanos o familiares, hasta dónde se imagina que está esta persona. El dibujo es algo tan amplio que no necesita estar atado a un lenguaje, a un vocabulario, por lo que el menor no tiene limitaciones para poder expresar todo aquello que tiene dentro, siendo un método indirecto y controlado.
Cuando terminen con los dibujos, podemos apoyarnos de ellos para explorar y trabajar con las ideas que aparecen en ellos. Esto les ayudará a poder expresar todo lo que el lenguaje no les permite.
“Cuando un ser querido se convierte en un recuerdo, convertimos nuestra memoria en un tesoro, y nuestros dibujos en una obra de arte”
Desde NB Psicología, ayudaremos al menor, gracias a actividades proyectivas como el dibujo, a poder elaborar el duelo. Seremos facilitadores de lo que ocurre en el mundo interno del menor para dotarle de estrategias para una elaboración de este proceso de pérdida. También podremos asesorar a los adultos sobre cómo gestionar ciertas situaciones, ya que el adulto, también en proceso de duelo, debe sostener al menor. Podremos trabajar ciertas situaciones como:“¿Puedo llevar a mi hijo al tanatorio? ¿Puedo hablar de suicidio o debo comunicarlo? ¿Qué hago si me ve llorar, puedo llorar delante de él?”
Claudia Martínez
Psicóloga sanitaria en NB Psicología