La teoría del apego es un concepto ampliamente discutido en psicología, pero a menudo malinterpretado. Aunque la mayoría de las personas asocian el apego con la infancia, su influencia se extiende mucho más allá de los primeros años de vida, afectando cómo nos relacionamos con los demás a lo largo de toda nuestra existencia. Se trata de un sistema motivacional básico que nos impulsa a buscar la seguridad emocional a través de los demás. Es algo biológico, y universal, que nos afecta a todos. A continuación, exploraremos algunas de las creencias erróneas más comunes sobre el apego y su verdadero impacto en nuestras relaciones.

1. El apego es solo importante en la infancia

Una de las creencias más comunes es que el apego solo es relevante durante los primeros años de vida. Sin embargo, el sistema de apego no desaparece una vez que dejamos atrás la infancia. Al contrario, sigue influyendo en nuestras relaciones a lo largo de toda la vida. Esto significa que la manera en que formamos amistades, nos relacionamos románticamente e incluso cómo interactuamos en el ámbito laboral está moldeada por los patrones de apego desarrollados en la infancia y su evolución a lo largo del tiempo.

2. Un estilo de apego es para siempre

Existe la idea de que una vez que desarrollamos un estilo de apego en la infancia, este permanece inmutable. Sin embargo, aunque los patrones de apego tempranos son influyentes, la investigación demuestra que estos pueden cambiar a lo largo de la vida. Nuevas experiencias significativas, como relaciones saludables o terapia, pueden ayudar a transformar un estilo de apego inseguro en uno más seguro y equilibrado.

3. El apego determina completamente nuestro comportamiento

Algunas personas creen que el estilo de apego dicta todos los aspectos de nuestro comportamiento en las relaciones. Aunque el apego ciertamente juega un papel importante en cómo nos relacionamos con los demás, no es el único factor determinante. Nuestra personalidad, las circunstancias de vida y otros aspectos del desarrollo social y emocional también tienen una influencia significativa en cómo nos comportamos en nuestras relaciones. Además, a lo largo de la vida, se puede modificar.

4. El apego inseguro es anormal o dañino

Otra creencia errónea es que solo el apego seguro es saludable, mientras que los estilos de apego inseguro son vistos como patológicos. La realidad es que los estilos de apego inseguro son bastante comunes y, en muchos casos, son respuestas adaptativas a las circunstancias del entorno del niño. Además, con el apoyo adecuado y experiencias positivas, las personas con un estilo de apego inseguro pueden desarrollar relaciones satisfactorias y saludables a lo largo de su vida.

5. El apego es solo acerca de la relación madre-hijo

Muchas personas asocian el apego exclusivamente con la relación entre la madre y el niño. Sin embargo, los niños pueden formar vínculos de apego con múltiples cuidadores, incluidos padres, hermanos, abuelos y educadores. Todos estos vínculos pueden influir significativamente en el desarrollo del apego, mostrando que el apego no es unidimensional ni está limitado a una única relación en la vida del niño.

En definitiva, el apego es un aspecto fundamental de nuestro desarrollo y bienestar emocional, y su impacto va mucho más allá de la infancia. Es crucial entender que, aunque nuestras experiencias tempranas son importantes, no determinan completamente nuestras relaciones futuras. Con nuevas experiencias y el apoyo adecuado, es posible transformar y mejorar nuestro estilo de apego para llevar una vida emocional más saludable y satisfactoria.

 

Si quieres aprender más puedes ver el vídeo donde Nerea Bárez, directora de NB, doctora en psicología y experta en teoría del apego, te cuenta todo esto en detalle.

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