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Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, y los vínculos que establecemos con los demás desempeñan un papel fundamental en nuestra vida. Cuando hablamos de relaciones o refuerzos intermitentes nos referimos a aquellos vínculos donde se dan patrones de separación y reconciliación, o, de pasar de un extremo a otro, “De todo a nada” sin una explicación. Este tipo de relaciones son agotadoras y tienen un impacto significativo en nuestra salud a largo plazo. En este artículo exploraremos algunas de las razones por las cuales el refuerzo intermitente en los vínculos puede tener un impacto perjudicial en nuestra salud mental y en nuestro bienestar. 

¿Qué es el refuerzo intermitente?

Antes de empezar a hablar sobre cómo influye el refuerzo intermitente en nuestras relaciones, es importante que entendamos qué es este tipo de refuerzo. Se trata de un método de recompensa en el que la entrega de un estímulo positivo o gratificante no ocurre de manera constante, sino de forma intermitente o esporádica. En el contexto de los vínculos con otras personas, el refuerzo intermitente implica que no siempre recibimos reconocimiento, afecto o gratificación de manera constante de las personas con las que nos relacionamos, y, por lo tanto, se generan ciclos repetitivos de separación y reconciliación o acercamiento. Estas relaciones pueden tener un impacto significativo en la salud mental de las personas involucradas. 

¿Qué ocurre cuando estoy en una relación dónde el refuerzo es intermitente?

Cuando no sabemos cómo o cuando recibiremos afecto emocional y físico de otra persona, nuestra atención se centra en la anticipación constante, lo que puede incrementar los niveles de ansiedad y preocupación

El refuerzo intermitente puede crear una fuerte dependencia emocional ya que la incertidumbre y la inconsistencia puede llevarnos a perseguir esa “recompensa” generando mucha insatisfacción. 

Cuando se obtiene ese refuerzo, se genera una sensación de bienestar, pero cuando nos falta esa parte esencial en las relaciones se produce un conflicto, y terminamos viviendo anclados al recuerdo de sentirnos bien. Ante este conflicto, se viven los momentos buenos de manera muy intensa, a la vez que la sensación de incertidumbre va generando un enganche cada vez mayor a esa persona, provocando un deseo de revivir esas sensaciones tan intensas de nuevo, dificultando el salir de este tipo de relaciones e impidiendo prestar atención a las consecuencias negativas que está teniendo para uno mismo. 

Cuando el afecto en el vínculo se convierte en una moneda de cambio, y no se da de manera constante, es más probable que sintamos que no somos lo suficientemente buenos. Esta autocrítica puede mermar nuestra confianza y tener un impacto muy negativo en nuestra autoestima

En definitiva, las consecuencias de este refuerzo intermitente en las relaciones son: 

  • Inestabilidad emocional: los constantes altibajos emocionales debido a la incertidumbre de la relación pueden generar ansiedad, estrés y angustia. Las personas pueden sentirse atrapadas en un ciclo de esperanza y desilusión, lo que dificulta el mantenimiento de la estabilidad emocional y la autoestima saludable. 
  • Desgaste emocional y agotamiento: la naturaleza volátil de las relaciones intermitentes, y las continuas separaciones y reconciliaciones pueden generar mucho agotamiento físico y psicológico, alterando diferentes áreas de nuestra vida cotidiana. Además, estar en un estado de alerta y conflicto puede afectar negativamente al bienestar y a la calidad de vida. 
  • Baja autoestima y dudas sobre uno mismo: las relaciones intermitentes a menudo se caracterizan por una falta de estabilidad y compromiso, lo que puede minar la autoestima de las personas involucradas. Las dudas constantes sobre el valor propio y la sensación de no ser lo suficientemente buenos como para ser amados, daña significativamente la confianza en uno mismo y altera la imagen que tenemos de uno mismo.
  • Patrones de apego inseguros: Debido a la incertidumbre constante en una relación, se pueden generar patrones de apego ansioso o evitativo, con actitudes como evitar el compromiso y la intimidad o el miedo al abandono y la necesidad de refuerzo constante. Estos patrones de apego pueden afectar a las futuras relaciones y dificultar la construcción de vínculos emocionales saludables. 
  • Estancamiento o sensación de no avanzar: el ciclo de separación y reconciliación constante puede dificultar nuestro progreso y crecimiento personal, sintiendo que no avanzan en sus metas y aspiraciones individuales, lo que genera frustración y resentimiento. 

Como hemos visto a lo largo de este artículo, las relaciones basadas en el refuerzo intermitente tienen un impacto muy significativo en la salud mental. La falta de seguridad y estabilidad en una relación genera desgaste psicológico, interfiere sobre nuestra autoestima y supone un obstáculo para el establecimiento de relaciones saludables. Es fundamental conocer todos los efectos negativos de estas relaciones y considerar buscar apoyo emocional. La construcción de relaciones saludables y estables es un elemento esencial en nuestro bienestar. 

¿Cómo puede ayudarte NB psicología?

A través de la terapia y, con ayuda de un profesional, buscaremos adaptar la intervención a tus necesidades, creando un entorno seguro donde podamos ofrecerte pautas de estabilización emocional y proporcionarte herramientas para abordar la situación en la que te encuentras.  

Si has vivido o estás viviendo una situación difícil, o crees que alguna de tus relaciones puede estar relacionada con estos comportamientos, ponte en contacto con nosotros para reducir las consecuencias a corto y largo plazo y poder gestionar la situación actual de la forma más eficaz y eficiente posible. 

Desde NB Psicología estaremos encantados de acompañarte y ayudarte durante este proceso.

Laura Barreiro Lafuente

Psicóloga sanitaria en NB Psicología

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