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¿Qué se necesitará trabajar en terapia de pareja?

En la relación de pareja intervienen tres factores: el miembro 1 de la pareja, el miembro 2 de la pareja y la propia relación de pareja (con sus particularidades y las necesidades y dificultades que surgen de la combinación de las personas que conforman la pareja). Todo ello será lo que los pacientes y el terapeuta deberán explorar y abordar.

¿Siempre se llega a tiempo a la terapia de pareja?

Las personas llegamos a una relación de pareja con una serie de dificultades y herramientas. Si no hemos trabajado en nosotros previamente, no podremos poner nuestras capacidades al servicio de la relación con tanta eficacia ni seremos conscientes de las cuestiones personales que son necesidad propia trabajar, para no generar un malestar innecesario en la relación de pareja.

Otras veces, aunque seamos personas “trabajadas”, nos enfrentaremos a vicisitudes que no habíamos previsto, nacidas en el seno de una relación (la pérdida de un hijo, el cambio de valores o expectativas personales, que de repente chocan contra los de nuestra pareja, etc.) o cambios naturales dentro de una relación de pareja (nuestros hijos se han emancipado y ahora no sabemos cómo relacionarnos).

Para ambas situaciones, es muy necesario haber trabajado en nosotros mismos previamente y, otras veces, será necesario un acompañamiento individual durante la terapia de pareja o en lugar de esta.

¿Por qué?

En terapia de pareja, parte del trabajo consiste en conocer y elaborar la historia pasada, la situación presente y las expectativas personales de cada miembro de la pareja. Muchas veces, toda esta parte individual no ha sido trabajada previamente y la persona responsable de sus emociones no ha podido darse cuenta de sus dificultades y necesidades propias, por lo que no se han podido comunicar y/o el otro miembro de la relación no ha podido conocerlas.

Por ello, a veces las parejas llegan desgastadas, habiendo intentado soluciones que no funcionaban o se va a necesitar bastante tiempo de elaboración y aclaración de estos elementos, ya que no se ha hecho previamente. 

Muchas otras veces, lo que falla es la gestión emocional individual de cada parte de la pareja o por una sola de las partes de la relación y, sin esa madurez emocional o cognitiva, no se va a poder establecer una buena base de trabajo para la terapia de pareja, puesto que faltará consciencia y trabajo por parte de una o ambas partes de la pareja.

Otras veces, necesitaremos apoyo para estabilizarnos y tratar nuestros temas personales a la vez que trabajamos los asuntos de pareja o necesitaremos apoyo para elaborar los eventos que van surgiendo de la terapia de pareja.

¿La terapia de pareja es compatible con la terapia individual previa o durante la terapia de pareja?

Sin lugar a dudas, lo es y, en muchos casos, es necesario y deseable terapéuticamente hablando, debido a que las dificultades individuales influyen en las relacionales y viceversa.

En ese caso, es importante saber cuándo solicitar terapia individual en relación con la terapia de pareja:

  • Siempre será deseable haber realizado terapia individual antes de embarcarse en una relación de pareja, puesto que el autoconocimiento y la madurez habrán aumentado para disminuir el riesgo de potenciales problemas dentro de la relación de pareja. Siempre habrá problemas y necesidades que atender dentro de las relaciones, en especial, de las relaciones de pareja, pero la cantidad y calidad de ellas puede variar considerablemente según si se han trabajado aspectos propios previamente y se han identificado dificultades y fortalezas propias.
  • Previamente o durante la terapia de pareja, cuando hay asuntos míos que no he gestionado con mi familia de origen (por ejemplo, no he puesto ciertos límites necesarios a mi familia de origen o no tengo una opinión propia sobre el mundo y mantengo la de mi familia de origen).
  • Previamente o durante la terapia de pareja, cuando hay asuntos conmigo mismo que no he gestionado (por ejemplo, no conozco mis necesidades o estándares en una relación de pareja, no sé identificar mis emociones, no tengo una red de apoyo sólida aparte de mi pareja, no sé gestionar bien el dinero, no sé tomar decisiones maduras…).
  • Cuando las dificultades en mi relación de pareja me están generando tanto malestar que no tengo fuerzas para trabajar por la relación.
  • Cuando quiero mejorar la calidad de mis aportaciones a la terapia de pareja.
  • Cuando el resultado de la terapia de pareja es que nos separaremos y eso me provoca mucho malestar.

Patricia María Serra

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