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La ansiedad, es una respuesta emocional adaptativa, necesaria y muy útil, cuya función es de aviso ante una posible amenaza que puede ser física, psicológica o social. Nos advierte de que algo no está funcionando bien y activa nuestro mecanismo biológico de lucha o huida. Es entonces cuando en nuestro cerebro se activa todo un mecanismo de recursos extraordinarios para hacer frente de la manera más inmediata, al estímulo o situación amenazante.

A pesar de que las emociones en general y la ansiedad en particular están para avisarnos de una amenaza y promover nuestra autoprotección a veces, por motivos diversos, esta función de protección termina confundiéndose y atacándonos, derivando así en un trastorno de ansiedad que viene determinado por parámetros como la intensidad, frecuencia, duración, objetividad y grado de malestar, entre otros. En muchas ocasiones, cuando nuestro cuerpo nos manda señales, debido al grado de malestar que nos ocasiona, decidimos obviarlos, no atenderlos, evitarlos y, es entonces cuando la ansiedad se va haciendo más fuerte, más constante, más duradera hasta manifestarse con ataques de ansiedad, cefaleas, problemas gastrointestinales, taquicardias…

¿Cómo se trabaja la ansiedad en psicoterapia?

Los trastornos de ansiedad están incluidos dentro de los trastornos emocionales (TE) que son aquellos que afectan sustancialmente la capacidad de las personas para manejar las demandas de la vida diaria, pudiendo causar dificultades de pensamiento, sentimientos, conducta funcional y relaciones personales.

Hay muchísima comorbilidad entre todos los trastornos emocionales y, la ansiedad es transversal en todos ellos, además de en multitud de otros trastornos psicológicos. De ahí la importancia de un buen trabajo terapéutico para la ansiedad.

Herramienta esencial contra la ansiedad es la psicoeducación con el paciente, ayudándole a entenderla y tomar conciencia de por qué le pasa lo que le pasa y cómo surge. Recapacitando sobre sus experiencias, reflexionando sobre lo vivido , sobre su historia.

En lo referente a la gestión emocional, partimos de que las personas con trastorno de ansiedad, utilizan estrategias desadaptativas de regulación que contribuyen a su vez al mantenimiento y aumento de la misma. El trabajo en terapia irá enfocado a ayudar al paciente a tomar conciencia de sus emociones, qué sienten, cómo lo sienten, cómo actúan ante ellas y, qué estímulos desencadenan estas reacciones. Será un acompañamiento para que puedan conectar con ellos mismos sin juzgarse.

Será también necesario ayudar al paciente a aprender a identificar los esquemas nucleares detonantes de la ansiedad, tales con la necesidad de control y la autoexigencia, ambos presentes en un porcentaje extremadamente alto en los pacientes con ansiedad.

También es importante entrenar y dotar al paciente de recursos que ayuden a la reducción de la activación vegetativa, como las técnicas de relajación, respiración y meditación.

El trabajo con los límites, la gestión y planificación del tiempo, clarificación de objetivos y estrategias para alcanzarlos, rutinas saludables, la reestructuración de creencias irracionales, gestión conductual o trabajar el diálogo interno para que sea más reflexivo y amable, son entre otros los focos de intervención en un trastorno de ansiedad dentro de la terapia.

Poder aprender qué es la ansiedad, fruto de sentirla y entenderla, ayudará a poder verla de otra manera y por tanto saber gestionarla.

Marian Cuesta Fernández Psicóloga en prácticas, Máster Psicología General Sanitaria

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