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Juan Romero Alonso

Psicólogo y Neuropsicólogo

Alumno Prácticas MPGS en NBG Psicología

La Neuropsicología es una rama de la Psicología que estudia las relaciones entre estructuras cerebrales y funciones mentales superiores. Dicho de otra forma, la Neuropsicología se encarga de saber qué parte del cerebro está asociada a funciones como la atención, la memoria, la planificación, la orientación… y en último término, la conducta humana. Ésta se basa en el método científico para estudiar la relación entre el cerebro y conducta humana.

Gracias a los descubrimientos de la Neuropsicología, hoy en día podemos saber qué regiones cerebrales se encuentran dañadas en diferentes patologías, como puede ser una demencia, un ictus o una alteración en el neurodesarrollo de un niño.

Basándose en este conocimiento, los profesionales de esta área pueden trabajar, por medio de ejercicios, con las funciones mentales superiores que se encuentren afectadas para su correcta rehabilitación o compensación, haciendo en última instancia que las regiones cerebrales que se encuentran dañadas vuelvan a estar en un estado, lo más parecido posible a su estado basal.

El fin último de la Neuropsicología será por tanto conocer, investigar y trabajar el funcionamiento óptimo de las capacidades mentales superiores necesarias para afrontar los retos del día a día, y su relación con las estructuras cerebrales que las hacen posibles.

¿En qué consiste una rehabilitación o un tratamiento neuropsicológico?

Hay varios tipos de intervención cuando nos centramos en un tratamiento neuropsicológico. El primer paso es hacer una evaluación. Ésta se lleva a cabo con diferentes pruebas que son capaces de medir la capacidad que tienen las funciones mentales superiores, y por consiguiente podremos saber casi a la perfección, cuáles son las regiones cerebrales que pueden estar afectadas. Después de la evaluación se pueden proponer dos tipos de tratamientos en función del problema encontrado: estimulación cognitiva o rehabilitación neuropsicológica.

La estimulación cognitiva está dirigida a personas sin patología o con una patología muy leve, como puede ser un pequeño deterioro cognitivo debido a la edad. Este tipo de intervención proporcionará un mejor rendimiento en las funciones mentales superiores de aquellas personas que quieran incrementar sus capacidades, que noten que en alguna capacidad ha disminuido su rendimiento (por ejemplo, fallos en memoria o atención), o que simplemente quieran mantenerse mentalmente en forma y activos para afrontar los retos del día a día satisfactoriamente.

Por otra parte, la rehabilitación neuropsicológica, se centrará en aquellas personas que tengan una patología más pronunciada, como puede ser una demencia de tipo Alzheimer, Parkinson, lesiones relacionadas con ictus o enfermedades desmielinizantes (como la esclerosis múltiple) entre muchas otras. En este tipo de intervención podemos encontrar tres tipos distintos de tratamiento:

1. Restauración de las funciones mentales superiores afectadas. Este tratamiento se efectúa directamente sobre las funciones alteradas, con el objetivo de que vuelvan a estar normalizadas, suponiendo a su vez, una rehabilitación completa o casi completa del área cerebral dañada. Por ejemplo, trabajar la atención de una persona que ha sufrido un ictus y tiene daños en la corteza parietal posterior, con el objetivo de que la función vuelva a tener un rendimiento lo más parecido posible al que tenía antes del infarto cerebral.

2. Compensación de la función afectada, dirigida a facilitar la rehabilitación de las funciones mentales superiores mediante el uso de estrategias alternativas, o ayudas externas que le quiten peso a las funciones mentales que se encuentran alteradas. Con este tratamiento conseguiremos reducir los requisitos cognitivos que se necesitan para llevar a cabo una actividad que implique la función alterada. Por ejemplo, si hay fallos en la memoria, se trabajará el uso de estrategias mnemotécnicas y se utilizarán notas recordatorias (estímulos externos que ayudan a la función mental).

3. Sustitución de la función. Esta intervención se centra en obtener el mayor rendimiento posible de la función alterada, interviniendo sobre las funciones mentales conservadas y optimizando las funciones alteradas por medio de estrategias sustitutorias. Por ejemplo, si hay fallos en la atención de un paciente, podremos trabajar sobre la visopercepción haciendo que revise bien el espacio y los objetos que hay a su alrededor compensando el déficit atencional.

¿Qué funciones son exactamente las que trata la neuropsicología?

  • Memoria.
  • Atención.
  • Visopercepción y capacidad visoespacial.
  • Praxias (conducta motora voluntaria e involuntaria).
  • Lenguaje (recepción del lenguaje, entendimiento y producción oral y escrita).
  • Orientación (espacial, personal y temporal).
  • Cálculo mental.
  • Flexibilidad cognitiva (capacidad para cambiar de pensamiento o conducta en función de las exigencias del medio).
  • Planificación.
  • Inhibición (capacidad conductual o mental para tomar decisiones de forma no impulsiva, sino reflexiva).
  • Velocidad de procesamiento (tiempo en el que somos capaces de trabajar con estímulos o conceptos mentales).
  • Autorregulación (capacidad de dirigir voluntariamente nuestra conducta y funcionamiento mental).
  • Otras funciones relacionadas con el funcionamiento mental adecuado para hacer las actividades de la vida diaria y esfuerzos mentales.

¿Qué patologías están relacionadas con la Neuropsicología?

En términos generales, cualquier patología que implique un rendimiento alterado de las funciones mentales superiores y, por tanto, de las estructuras cerebrales será objeto de una intervención neuropsicológica.

Algunos de estos trastornos son: TDAH, autismo, discapacidad intelectual, traumatismos craneoencefálicos, ictus o infartos cerebrales, enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, enfermedad de Huntington, Parkinson, esclerosis múltiple), enfermedades desmielinizantes (encefalitis, neuromielitis, mielitis transversa…), enfermedades priónicas (encefalopatía espongiforme, enfermedad de Creutzfeldt-Jakob…), etcétera. También son susceptibles de tratamiento neuropsicológico aquellas personas que sufren un trastorno mental y sus capacidades superiores se ven alteradas. Por ejemplo, una persona que sufra una depresión mayor, tendrá la capacidad atencional afectada; o una persona con un trastorno bipolar tendrá alterada la inhibición y la autorregulación en su fase de manía. El tratamiento neuropsicológico con este tipo de pacientes es un gran apoyo a la terapia clínica habitual, haciendo que los pacientes mejoren de una forma más rápida y efectiva como demuestran los estudios de los últimos años.

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