Whatsapp: 621 235 470

Cuando nacen, los niños y las niñas necesitan a sus cuidadores para sobrevivir. Vienen al mundo con la necesidad básica de ser cuidados por otros, para así poder crecer sanos y fuertes tanto física como psicológicamente.

Hace años se descubrió cómo no solo era fundamental para los niños que se les asegurara una buena alimentación e higiene, si no que era al menos igual de importante el cuidado afectivo y la escucha a las necesidades de los pequeños y pequeñas.

La relación afectiva que crean los bebés con sus cuidadores principales, es fundamental para que los pequeños puedan percibir el mundo como:

  • un lugar seguro
  • un lugar en el que pueden obtener lo que necesitan
  • un lugar en el que merecen la pena

Los niños y las niñas vienen al mundo con un complejo sistema de señales para expresar a sus cuidadores lo que necesitan. Este complejo sistema podría dividirse en dos subsistemas principalmente:

  • El subsistema de apego: El niño o niña demanda cobijo, seguridad, afecto, etc. Necesita des sus cuidadores que le aporten consuelo frente al malestar, regulen sus emociones, le expliquen lo que está ocurriendo y le den significado a su experiencia.
  • El subsistema de exploración: El niño o niña demanda hacer cosas nuevas, separarse, investigar, descubrir, etc. Necesita de sus cuidadores que le estimulen, le apoyen y le supervisen y protejan en la distancia.

Estos subsistemas están relacionados entre sí, ya que cuando un niño o niña se sienta seguro y cuidado se podrá permitir explorar (sentirá que su cuidador le acompaña en esta exploración). Cuando esté explorando y sienta miedo o que ocurren cosas que no entiende o no sabe controlar, buscará a su cuidador ya que se le activará la necesidad de apego.

A veces las señales son muy explícitas, pero otras veces son más sutiles y complejas. Es importante estar atentos y atentas a estas señales y convertirnos en captadores de señales expertos, para no confundirnos a la hora de atender a las necesidades de nuestros y nuestras pequeñas.

Escrito por Inés Alonso psicóloga del equipo NB.

× ¿Cómo puedo ayudarte?