El consumo de sustancias no es sinónimo de adicción
Como sociedad, solemos pensar que una persona que sufre una adicción es aquella “fiera que busca drogarse a todas horas”. Es decir, si una persona no consume a diario, no se le considera adicto a la sustancia. La realidad va más allá de este simple mito. No es tanto la cantidad ni la frecuencia lo que lleva a considerar que una persona sufre una adicción, sino el cómo afecta la sustancia y si está dando lugar a consecuencias negativas en su propia vida, pero sigue consumiendo a pesar de ello.
En primer lugar, debemos aclarar que puede darse un uso no problemático de la droga (más allá de los efectos en el organismo) que no conlleve problemas en la vida de la persona. Es decir, llamamos uso de la sustancia a un consumo que, por la cantidad, la frecuencia y la propia situación de la persona, no da como consecuencia problemas sobre el consumidor ni sobre su entorno. Suele ser un consumo relacionado con el tiempo libre y las actividades de ocio.
En segundo lugar, el consumo puede darse en forma de abuso. Eso quiere decir que se de un aumento en la frecuencia y/o cantidad de la sustancia consumida y que esto, unido a las circunstancias en las que se da el consumo o por las características individuales, produzcan consecuencias negativas en la vida de la persona. Por ejemplo, que se de un consumo en situaciones en las pueda darse un peligro físico.
Por último, la dependencia a la sustancia, lo que llamamos adicción, puede entenderse como el conjunto de factores fisiológicos, psíquicos y sociales que indican una pérdida de control sobre el consumo de la sustancia. Se da este consumo de forma continua para lograr sus efectos o evitar el malestar asociado a la privación de dicho consumo.
De todo lo comentado anteriormente, podemos inferir que el elemento central de la adicción no son los efectos de la droga en concreto, sino la relación que establece la persona con la misma y las consecuencias de esta relación en las distintas áreas de su vida.
Señales de que alertan de una posible adicción
Los siguientes criterios nos ayudan a identificar que una persona está sufriendo un problema de adicción:
- Siente un fuerte deseo o necesidad de consumir la sustancia.
- Tiene cierta dificultad para controlar el consumo.
- Tolerancia (necesidad de incrementar la cantidad de sustancia consumida para conseguir el mismo efecto placentero).
- Síndrome de abstinencia (deseo irrefrenable de volver a consumir, tensión, dolor de cabeza, irritabilidad, etc.) al abandonar o reducir el consumo.
- Deja de hacer o reduce importantes actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo de la sustancia. Además, cada vez invierte más tiempo en la obtención del consumo.
- Uso continuado de la sustancia a pesar de conocer las consecuencias negativas asociadas (físicas, psicológicas, sociales, etc.).
Las personas que sufren adicción pueden tener una falsa sensación de control ante la sustancia. Y es por ello que, en muchas ocasiones, son los familiares, amigos o pareja los que son conscientes del problema a través de señales de alarma como pueden ser pérdida de peso, pérdida de interés en deportes o estudios, cambio de grupo de amigos, irritabilidad, impulsividad, estado de ánimo inestable, entre otros.
Qué media en el desarrollo de una adicción
Por un lado, existen factores biológicos que predisponen genéticamente a las personas, es decir, lo hacen más propenso a desarrollar una adicción. Por otro lado, la tolerancia de la persona a situaciones estresantes y las habilidades sociales que tenga también tendrán un papel en el desarrollo, mediando en el riesgo de utilizar el consumo como mecanismo de afrontamiento. En añadido, los factores sociales y culturales pueden actuar como factores de riesgo o de protección ante la drogodependencia. Aquí incluimos como factores de riesgo la ausencia de figuras de apego, familiares consumidores de sustancias, amigos consumidores, fácil acceso a la sustancia, etc. Por último, no podemos obviar el papel de la cultura, especialmente en el caso de las drogas legales (como el alcohol y el tabaco), las cuales están aceptadas socialmente y existe, en algunas ocasiones, cierta presión social hacia su consumo.
Cómo puede ayudarte la terapia en NB Psicología ante una adicción
Mediante la terapia, el paciente podrá entender elorigen de la problemática de la adicción e identificar qué situaciones yestrategias estánmanteniendo la adicción. Tras esto, trabajaremos para que el paciente consiga herramientas para el control o cese del consumo y para que pueda poner en práctica nuevas estrategias de afrontamiento ante posibles situaciones difíciles. Además, es importante que el paciente tenga el conocimiento y las estrategias para evitar/afrontar posibles recaídas. Desde NB Psicología estaremos encantados de acompañarte y ayudarte en este proceso.
Psicóloga sanitaria en NB Psicología